¿Te imaginas poder cruzar todo el océano en poco tiempo para ir de un continente a otro? Con los avances tecnológicos actuales, es probable que eso suceda más pronto de lo que pensamos.
China siempre se destaca como una gran potencia en innovación y, en esta ocasión, ha captado la atención mundial al proponer la creación de un tren submarino que conecte su país con Estados Unidos. Aquí te contamos todo lo que sabemos sobre esta impresionante obra.
Viajar de China a Estados Unidos a través del océano
Hace algunos años, ambas potencias competían por inventar las innovaciones tecnológicas, industriales y de mercado más importantes para convertirse en los número uno del mundo. Sin embargo, parece que eso ha quedado atrás, ya que ahora podrían unirse para llevar a cabo uno de los proyectos más trascendentes de la última década: un tren submarino.
Este tren es un ambicioso proyecto que China está promoviendo, con el objetivo de cruzar el estrecho de Bering hasta Alaska. No obstante, la obra no será sencilla ni económica, ya que según algunos expertos, se estima que costará alrededor de 200 millones de dólares.
Las vistas desde este tren submarino serían impresionantes
El tren promete tener una ruta que conecte cuatro países: China, Rusia, Canadá y Estados Unidos. Su principal objetivo es fomentar el turismo y crear empleos para ayudar a reactivar las economías mundiales.
Desde 2014, se han iniciado las negociaciones entre China y Rusia. Sin embargo, por el lado estadounidense, la situación no está del todo clara, ya que el país se mantiene cauteloso respecto al proyecto, lo que ha retrasado las conversaciones.
No todos están a favor del tren submarino
Voces críticas han surgido en torno al proyecto, argumentando que, aunque este tren podría convertirse en una atracción mundial, el medio ambiente sufriría graves daños al alterar ecosistemas de gran importancia.
A pesar de las propuestas atractivas, es fundamental recordar que nada vale la pena si implica daño al planeta, especialmente en un momento en el que enfrentamos una de las peores crisis climáticas, ya que invadir el océano podría resultar devastador.