El final de una relación con divorcio puede ser complicado, y convivir con un exesposo puede resultar aún más difícil. Sin embargo, hay exparejas que logran mantener una convivencia saludable, no solo por el bienestar de los hijos, sino también por su propia salud mental.
Un ejemplo de ello es la historia de un hombre que se ofreció a cortar el césped en la casa de su exesposa sin que ella ni sus hijos se lo solicitaran. Su gesto evidencia que separarse no implica dejar de tratarse como amigos y apoyarse mutuamente en momentos necesitados.
Esta entrañable historia fue compartida por Codie LaChelle, quien relata que sus padres llevan 28 años separados, pero mantienen una relación respetuosa y llena de apoyo incondicional.
“Este es mi padre, cortando el césped de mi madre. Se divorciaron hace 28 años. Mi madre tiene problemas en las rodillas y mi padrastro trabaja fuera de la ciudad. Cuando mis hermanos menores preguntaron: ‘¿Por qué papá está cortando el césped de mamá?’, les expliqué: ‘Porque necesitaba ayuda y él sabía que ella no podía hacerlo, así que decidió ayudarla’.”
Mi papá comentó que no buscaba reconocimiento alguno, sino que tanto él como mi madre decidieron que, durante el proceso de divorcio, optarían por comportarse como adultos, tratándose con respeto y compasión. A pesar de cómo terminó su matrimonio, ambos se amaron profundamente en su momento, y ese amor representa algo valioso. Si deseaban criar a sus hijos para ser buenos y amables, tenían que ser ellos mismos buenas personas y amables.
Según Codie, sus padres quieren demostrar que ninguna diferencia es tan grande como para dejar de valorar a quienes formaron parte de tu vida, ya que en algún momento, ellos también se esforzaron por ti.
Su historia, aunque breve, transmite un poderoso mensaje de enseñanza, amor y respeto. El hecho de que una relación llegue a su fin no implica la ausencia de cortesía, que debe ser recíproca para que funcione de manera saludable.