Bryson Kliemann es un claro ejemplo de que todas las acciones tienen consecuencias, en su caso, una muy positiva. Hace unos días, el pequeño de ocho años se volvió viral en redes sociales por reunir el dinero necesario para los tratamientos médicos de su perrito llamado Bruce.
Bryson vendió todas sus cartas de Pokémon, que eran su tesoro más preciado, pero su mejor amigo de cuatro patas significaba más que cualquier cosa. Cuando la compañía de juguetes se enteró de su gesto, no dudó en enviarle una pequeña sorpresa.
Solo quería salvar la vida de su mejor amigo
Bruce, el cachorro de cuatro meses de este pequeño, fue diagnosticado con parvovirus, una enfermedad que puede ser mortal para los animales. Aunque la familia actuó rápidamente llevándolo al veterinario, el tratamiento era muy costoso y no contaban con el dinero suficiente, así que Bryson decidió vender todos sus juguetes, incluida su valiosa colección de cartas de Pokémon. Su madre, Kimberly Woodruff, compartió en una entrevista que todos estaban preocupados por el cachorro.
De la noche a la mañana, su condición empeoró. Lo llevé de regreso al día siguiente y, de hecho, había perdido 2 kilos durante la noche.
La cantidad necesaria para el tratamiento era de 655 dólares, pero con la venta de sus cartas y una campaña en Go Fund Me lograron recaudar más, decidiendo donar el sobrante para ayudar a otros perritos.
Este héroe recibió un gran regalo
La historia de este pequeño llegó a oídos de Pokémon Company International. Un empleado de la compañía escuchó sobre su acto de bondad y lo comunicó a los directivos, quienes decidieron obsequiarle un paquete de cartas únicas en su tipo, que ni los coleccionistas más grandes poseen. La compañía le envió 420 dólares en cartas y diversas cajas de juguetes para que ampliara su colección.
Hola, Bryson, tu historia sobre la venta de cartas para el tratamiento de tu perrito nos ha inspirado mucho. Estas son algunas que te ayudarán a reemplazar las que tuviste que vender.
Sin duda, que su cachorro se salvara y pudiera recuperar sus cartas fue el mejor regalo que el pequeño pudo recibir.
