Nadia Comăneci hizo historia en los Juegos Olímpicos de 1976 al obtener la primera calificación de 10 por su presentación excepcional en las barras asimétricas. Su logro fue tan impactante que el tablero electrónico no pudo mostrar el 10, ya que se consideraba una calificación inalcanzable.
La gimnasta rumana sumó otras seis calificaciones de 10 en diversas categorías durante su actuación, convirtiéndose en la atleta favorita de los Juegos Olímpicos de Montreal, con los medios resaltándola como la nueva leyenda a superar.
A lo largo de las siguientes décadas, se crearon películas y libros que relatan la historia de Comăneci, explorando el entorno elitista de la gimnasia, su huida de Rumania justo un mes antes del colapso del comunismo en 1989 y las razones que la llevaron a escapar.
Desde que tenía 13 años, el gobierno rumano comenzó a vigilar a Comăneci, utilizando espías infiltrados como gimnastas y entrenadores, interceptando sus teléfonos y correos para asegurarse de que nunca pudiera abandonar el país.
Además, sus entrenamientos eran muy rigurosos, bajo la dirección de los controvertidos Béla Károlyi y su esposa Marta, quienes más tarde se trasladarían a Estados Unidos en 1981 para entrenar exitosamente al equipo nacional de gimnasia y fundar una de las escuelas más reconocidas del país.
Por estas circunstancias, una noche, el sacerdote Ghita Talpos llevó a seis personas en un viaje de seis horas hacia la frontera rumana con Hungría. Talpos no supo que Comăneci era parte de ese grupo hasta que la vio, ya que su escape había sido planeado solo días antes.
Comăneci llegó a Oklahoma en 1991 y, junto al medallista olímpico Bart Conner, administró una escuela de gimnasia. Después de tres años, ambos regresaron a Rumania, donde el comunismo había caído, para casarse y ser recibidos como héroes nacionales.
A pesar de que han transcurrido más de cuatro décadas desde que hizo historia, Comăneci sigue siendo considerada una leyenda por haber logrado el 10 perfecto a la edad de 14 años. Hoy, a sus 59 años, la exgimnasta rumana luce mejor que nunca.
Recientemente, se cumplieron 45 años desde que su actuación se convirtió en sinónimo de perfección, y Comăneci decidió celebrar su mayor éxito con un emotivo mensaje en redes sociales.
Ya casi ha pasado medio siglo, lo cual es increíble. No parece que haya transcurrido tanto tiempo, 45 años han volado. A medida que pasan los años, valoro más lo que he conseguido. Mi vida habría sido muy diferente si no hubiera alcanzado esto. Por eso, estoy agradecida por todo lo que ha sucedido.
