En la actualidad, muchas personas ansían recibir la vacuna contra el COVID-19 para reducir el riesgo de contagio. Lamentablemente, mientras esperan, algunos están perdiendo la lucha. Este fue el caso de Marquis Davis, de 28 años.
Él deseaba ser inoculado, pero no tuvo esa oportunidad; el virus invadió su organismo y, a pesar de los esfuerzos de los médicos y su familia, la enfermedad le cobró la vida. Para honrar su memoria, su familia transformó su servicio fúnebre en un centro de vacunación, con el objetivo de crear conciencia y prevenir más muertes.
Marquis Davis, dueño de un negocio de cocoa, contrajo coronavirus a finales de julio. Pocos días después, fue hospitalizado, y su salud se deterioró tan rápidamente que resultaba casi imposible para los médicos ayudarlo. Había dudado en recibir la vacuna contra el COVID-19 en el momento oportuno, pero cuando enfermó, prometió a su esposa Charnese que lo primero que haría al salir del hospital sería buscar un centro de vacunación. Desafortunadamente, esto no fue posible, y Marquis perdió la batalla.
Él me dijo: ‘Bae, me pondré la vacuna cuando salga de aquí. Así que lo voy a conseguir’. Yo respondí, ‘Bien, me alegra que lo hayas dicho, pero ya es demasiado tarde’.
– Charnese Davis
En homenaje a Marquis y como acto de concienciación, durante su ceremonia funeraria, su familia ofreció pruebas de detección de COVID-19 y vacunas. Se formaron grandes filas, se brindó información y se ayudó a tantas personas como fue posible. La familia de Marquis lamenta que el hombre haya dudado de la efectividad de la vacuna, pero espera crear conciencia y prevenir más casos como el suyo.
La gente salía del funeral y cruzaba la calle para vacunarse.
– Charnese Davis
Su historia nos recuerda que es momento de actuar en pro de nuestra salud y la de nuestros seres queridos. No bajemos la guardia; sigamos las recomendaciones médicas, ya que solo hay una vida y aún hay mucho por descubrir en ella. Valoremos y aprovechemos cada momento al lado de nuestros seres amados.