Los perros no son simplemente compañeros que nos reciben al volver a casa, con los que paseamos por las noches o jugamos en nuestro tiempo libre. Son miembros de la familia que ríen y sufren junto a nosotros, sin juzgarnos, siempre dispuestos a mostrarnos su lealtad y amor.
Esta realidad convierte la despedida, debido a una enfermedad, en un vacío en nuestro corazón, pero también en una oportunidad para retribuirles todo lo que han hecho por nosotros, tal como lo hizo Carlos Fresco con su perro Monty, a quien llevó a un último paseo por sus senderos favoritos antes de decir un adiós definitivo.
Carlos y Monty eran originarios de Gales y compartieron 10 años juntos, durante los cuales exploraron las montañas y los vastos senderos que ofrece la región.
Lamentablemente, Monty fue diagnosticado con leucemia. A pesar de que Carlos lo llevó a los mejores especialistas, la enfermedad avanzó demasiado rápido, y ya no había nada más que hacer. El médico le sugirió que, aunque doloroso, lo mejor sería optar por la eutanasia. Carlos no tuvo más remedio que aceptar, no quería ver a su amigo sufriendo día tras día, ya que él no merecía finalizar su vida de esa manera. Pero antes de despedirse, decidió llevarlo en una carretilla a disfrutar de un último paseo por los senderos que más apreciaba el can.
La comunidad estaba triste por el estado de salud de Monty y la difícil decisión que tuvo que tomar Carlos, pero respetaron la situación y brindaron su apoyo en el último paseo de este peludito.
Era evidente que Monty se estaba apagando debido a que su cáncer había reaparecido. Fue diagnosticado hace 18 meses y había respondido positivamente a la quimioterapia. Sin embargo, su leucemia volvió hace ocho semanas y afectó rápidamente su salud.
Le encantaba pasear por las colinas, y nosotros improvisamos llevándolo a disfrutar de sus maravillosos faros. Aunque estaba débil, disfrutó de toda la emoción del momento.
Durante el trayecto, algunas personas desconocidas se ofrecieron a ayudar a empujar a Monty en su último viaje. Quiero agradecer a todos por su apoyo, aliento y genuina preocupación.
Monty tocó muchas vidas. Nuestras mascotas nunca nos juzgan, siempre están ahí esperando y brindan consuelo cuando las cosas no van bien. Era realmente un ser especial. Dios lo bendiga y buenas noches, pequeño Monty.
Para Carlos, fue sumamente difícil despedirse de su fiel amigo, pero sabe que ahora lo cuida desde el cielo. Además, le prometió cuidar y ayudar a todos los animales callejeros que se crucen en su camino.
