A pesar de los intentos de negarlo, poner fin a una relación tóxica debería ser motivo de celebración. Cada vez más mujeres, como Aira, originaria de Malasia, lo confirman. Ella festejó su divorcio junto a sus amigas con una pequeña pero emotiva fiesta de té que se volvió viral en redes sociales.
Aira, de 27 años, compartió en Twitter varias fotografías de su celebración y escribió: “El divorcio suele verse como algo negativo, pero no lo es cuando finalmente te liberas del abuso. Así que estoy celebrando mi libertad.”
Su contundente mensaje resonó en redes, siendo compartido por miles de internautas que aprovecharon la ocasión para enviarle mensajes de ánimo y respaldar su decisión, reafirmando que nadie merece estar con alguien que no lo valora.
Aira también compartió que durante su matrimonio, su ahora exmarido era emocionalmente abusivo, lo que le provocó un trastorno de ansiedad. Sin embargo, esto fue solo el inicio; con el tiempo, él desarrolló conductas agresivas que dañaron su salud física. Aira recibió amenazas para que no hablara, advirtiéndole que si lo hacía, la situación empeoraría y sería ella la culpable por no obedecer lo que su religión dictaba.
Los padres de Aira notaron que algo no andaba bien, pues su hija había dejado de sonreír y el brillo en sus ojos se había apagado. Intervinieron, hablaron con ella y la llevaron a su casa sin el consentimiento de su esposo. Allí la resguardaron y la alentaron a iniciar el proceso de divorcio, asegurándole que no merecía estar con alguien así.
“Tuve que retomar la medicación y asistir a terapia dos veces al mes debido a lo que viví. También me diagnosticaron trastorno bipolar tipo 2 el pasado enero”, confiesa Aira.
“Mis padres me aseguraron que merecía un mejor tratamiento y que el divorcio no era malo cuando estás en un matrimonio que casi te cuesta la vida”.
Después de su separación legal, Aira asistió a terapia, reinició su carrera como docente y permitió que el amor de sus amigas la ayudara a salir de la profunda depresión en la que estaba. Fue una de ellas quien sugirió organizar una fiesta de té no para celebrar su divorcio, sino para conmemorar el inicio de una nueva etapa.
Aira refleja sobre su situación: “Ahora muchos me dicen que está bien, que encontraré a alguien mejor. Pero creo que no necesito ni quiero a nadie más, ya que eso me haría depender de otros en vez de amarme a mí misma y reconocer cuándo me tratan mal”.
Hoy en día, Aira se centra en continuar su proceso de sanación y alcanzar cada uno de sus sueños, esos que por un tiempo se desvanecieron, pero que ahora brillan tan intensamente como las estrellas.
