Hay personas tan distraídas que raramente notan lo que sucede a su alrededor; luego está esta chica, que recientemente se convirtió en una celebridad en redes sociales debido a la divertida historia que vivió.
Según lo que compartió en su cuenta de TikTok, la joven entró a una casa creyendo que era un cibercafé, se metió hasta la cocina e incluso comió con la familia. Y, bueno, ni se diga de usar la computadora.
¿Y tú, eres distraída? Pues…
El nivel de distracción de Fathyma Lex es impresionante. En su cuenta de TikTok, relató un divertido suceso que le ocurrió hace un par de años mientras estudiaba en la universidad. Según la chica, necesitaba imprimir algunos documentos para comenzar los trámites de una beca, así que decidió acudir a un famoso cibercafé.
Lex estuvo buscando durante un par de calles algún local de este tipo, pero no tuvo buena suerte; ya sea que estaban cerrados o no contaban con impresora. Esto le pareció increíblemente extraño, pero siguió buscando hasta que encontró un local… o eso pensó.
Por una extraña razón, que aún no puede explicar, el “local” tenía una impresora, así que decidió entrar.
Seguí caminando y caminando hasta que encontré un ciber. Y eso pasó, encontré uno que la verdad me pareció muy peculiar porque solo tenía dos computadoras, pero pensé: ‘Este no es el momento para juzgar’ y entré.
Hizo amigos de los dueños del “ciber”
Lex ingresó al lugar y saludó a un señor como si fueran amigos de toda la vida. Luego se sentó frente a una computadora, la encendió y le pidió al hombre un mouse para usarla. Mientras tanto, él fue a buscarlo y sin preguntar nada, se lo dio.
La gente del lugar era muy amable; un niño se acercó y le preguntó si quería un vaso de refresco. Al aceptar la bebida para quitarse el calor, la chica pensó: “Qué amables son”.
Todo iba bien, pero sentía que algo no cuadraba. Después de que la familia le ofreció un plato de pozole, porque estaban a punto de comer, pensó que debía terminar su trabajo. Una vez que terminó de imprimir, le preguntó al señor cuánto le debía y él le dijo que nada, porque no era un cibercafé, sino una casa, y que la habían visto tan concentrada que no quisieron interrumpirla.
Yo empecé a sentir la cara muy caliente y le dije: ‘¿Pero cómo que no es un ciber, señor? ¿Por qué no me dijo?’ Y él contestó: ‘No, muchacha, es que te vi muy concentrada y no quise interrumpirte’. En ese momento, me dio mucha vergüenza.
Tras ese bochornoso momento, la chica decidió dejar 20 pesitos y se fue con mucha vergüenza. Además, Lex mencionó que sí pudo obtener la beca y le regalaron una impresora para que no tuviera que estar en casas ajenas.