A lo largo de tu vida, seguramente has tenido todo tipo de jefes, desde aquellos que convierten tu jornada laboral en una pesadilla hasta los que te apoyan tanto que llegas a considerarlos como buenos amigos.
Independientemente de lo buenos o malos que hayan sido tus jefes, estamos seguras de que nunca has tenido una jefa como Sara Blakely, fundadora y propietaria de Spanx.
Un logro en equipo
Recientemente, la compañía Spanx fue valuada en 1200 millones de dólares, tras la adquisición de una parte significativa de sus acciones por parte de la firma inversora Blackstone. Sara Blakely, la fundadora, vio la ocasión perfecta para recompensar a todo su equipo.
Durante la celebración de esta nueva fase de la compañía, además de ofrecer un poderoso discurso sobre la relevancia de apoyar a marcas y negocios creados por y para mujeres, Sara comenzó a girar un globo terráqueo. Con una sonrisa en su rostro, anunció que había comprado dos boletos de primera clase a cualquier destino del mundo para cada uno de sus empleados. Además, cada miembro del equipo recibiría 10,000 dólares para disfrutar de sus vacaciones. Teniendo en cuenta que Spanx cuenta con más de 500 empleados, podemos apreciar que este gesto no es menor.
Sueños cumplidos
Sara tuvo que contener las lágrimas al dar su discurso de agradecimiento. Su marca comenzó hace 21 años con solo 5000 dólares, y llegar hasta el punto actual ha sido un gran desafío.
Hace 21 años, yo le decía a las personas que Spanx algún día valdría 20 millones de dólares, y todos se reían.
Además de dirigir su propia marca multimillonaria, Sara es la fundadora del Blakely’s Red Backpack Fund (El Fondo de la Mochila Roja de Blakely), que apoya a mujeres emprendedoras. La importancia de este fondo fue enfatizada por ella, ya que, aunque las mujeres representan el 50 por ciento de los emprendedores, en 2020 solo el 2.3 por ciento del capital destinado a nuevas empresas fue dirigido a mujeres.
Este es un momento significativo para todos y cada uno de ustedes, y quiero hacer un brindis por todas las mujeres que hicieron esto posible antes que yo y por todas las mujeres en el mundo que aún no han tenido esta oportunidad. En situaciones como estas, pienso en mi mamá y mi abuela, en las pocas opciones que tuvieron y en todas las mujeres que estuvieron aquí antes que ellas.