El anhelo de cada trabajador es que su salario aumente, ya que esto contribuiría a mejorar su calidad de vida, alcanzar sus objetivos y sentirse satisfecho con su labor. Esta realidad es bien conocida por Dan Price, CEO de Gravity Payments.
En 2015, Dan se dio cuenta de las dificultades económicas que enfrentaban sus empleados. Para apoyarlos, decidió reducir su propio salario en un 90% y aumentar en un 70% el de sus colaboradores, quienes, al recibir una compensación más justa por su trabajo, triplicaron su productividad e ingresos para la empresa.
Dan compartió en Twitter el motivo y el proceso detrás de su decisión de bajar su propio salario para beneficiar a sus empleados, así como el impacto positivo que esto tuvo en ellos y en la compañía en general.
¿Cómo aprendí a ser un mejor jefe?
Era un mal director ejecutivo. Hace siete años, encontré un manual de capacitación de McDonald’s en el escritorio de una empleada llamada Rosita. Ella estaba entrenándose para convertirse en gerente allí porque no podía sobrevivir con su salario en mi empresa. En ese instante, comprendí que había creado una cultura de miedo y precariedad.
Rosita había terminado sus estudios universitarios, pero ganaba solo 30 mil dólares al año, lo que la obligaba a buscar ingresos adicionales. Ese día revisamos sus finanzas y me di cuenta de que estaba desconectado de las necesidades económicas genuinas de mis empleados.
Finalmente, Rosita regresó y expresó que necesitaba un aumento de 10 mil dólares para dejar su segundo trabajo. Acordé que estaría bien siempre que asumiera algunas responsabilidades adicionales. Ella dejó su segundo empleo, se mudó a un lugar mejor y utilizó su nuevo tiempo libre para socializar. A medida que mejoraba su salud mental, su desempeño laboral también se vio afectado positivamente. Rápidamente demostró su valía y fue promovida a directora de operaciones.
Entonces, una idea iluminó mi mente: ¿y si hiciéramos esto por todos? Así que decidimos duplicar el salario mínimo a 70 mil dólares. Desde entonces, nuestra productividad e ingresos se triplicaron. Diez veces más empleados compraron casas, mejoraron su salud mental, alcanzaron sus metas e incluso formaron familias.
¿La lección más valiosa que aprendí? Escuchar a mis empleados. Nunca supongas que sabes lo que está sucediendo, nunca tomes decisiones sin incluir su opinión… Escucha a tus empleados, confía en ellos y recompénsalos. Ellos son los verdaderos artífices del éxito empresarial, no los directivos.
Dan revela que entendió una gran lección: valorar adecuadamente el trabajo de sus empleados y compensarlos en consecuencia, ya que sin su esfuerzo, él no sería el empresario que es hoy.
Es importante destacar que estos acontecimientos sucedieron en 2015, pero su historia ha tenido un impacto duradero en las grandes corporaciones. Además, su iniciativa ha sido replicada por otras empresas, permitiendo que más trabajadores disfruten de mejores condiciones laborales y logrando que las empresas se destaquen sobre la competencia.