domingo, mayo 4, 2025

Estudiante china simuló ser una mujer adinerada durante casi un mes.

Diversas películas y series han relatado la historia de una joven que, a pesar de su falta de dinero, consigue hacerse pasar por un miembro de la “alta sociedad” y todo le resulta favorable; logra vivir rodeada de lujos y comodidades que superan su presupuesto, hasta que inevitablemente es descubierta o decide confesar la verdad.

¿Qué pensarías si te decimos que esto realmente sucede en la vida real? Zou Yaqi, una estudiante china de 23 años, es un claro ejemplo de ello.

“Quería romper las reglas”

Zou es estudiante de Arte en la Academia Central de Bellas Artes de China y se graduó este año. A medida que se acercaba su graduación, comenzó a preocuparse por cómo seguiría costeándose la vida en Beijing. Entonces, se propuso un desafío: sobrevivir 21 días en la ciudad sin gastar ni un solo yen.

A pesar de no tener dinero, pude ingresar al mundo de los ricos y obtener cosas gratis. Quería romper las normas.

Se convirtió en una socialité

Para lograrlo, comenzó a prepararse. Se dio cuenta de que las personas reciben obsequios, como botellas de vino o snacks, en lugares exclusivos y lujosos, por lo que pensó que tal vez una persona podría sobrevivir aprovechando estos artículos que los ricos obtienen sin costo, y que a menudo no les dan importancia.

Durante meses, estudió cuidadosamente el comportamiento y la apariencia de las mingyuan, término chino que se refiere a las socialités, para hacerse pasar por una de ellas. Se compró una bolsa Hermès falsa, un anillo de diamante falso y un chándal de terciopelo de diseñador. Además, identificó los lugares que le ofrecerían comida y alojamiento gratis al tener la apariencia adecuada, y en mayo comenzó su experimento.

“Todo el día estaba interpretando mi papel”

El primer lugar que visitó fue una sala VIP en un aeropuerto, donde pudo comer en el buffet y dormir en los sillones. Al principio, estaba muy nerviosa y temía ser descubierta y expulsada, ya que su boleto era falso, pero pronto se dio cuenta de que, si daba la apariencia esperada en esos lugares, nadie la cuestionaba. La tarjeta que falsificó era válida por tres horas, pero Zou permaneció allí durante tres días, observando que los guardias de seguridad no parecían apresurarse por expulsar a los comensales que superaban el tiempo permitido.

Durante su primer día, Zou visitó una tienda Gucci en el aeropuerto y logró que le regalaran una bolsa de papel de la marca, la cual usó para guardar los snacks que obtenía en la sala VIP, ayudando a cimentar su imagen de socialité rica. En las tiendas que frecuentaba, recibía invitaciones a subastas y exhibiciones exclusivas, y le brindaban un trato impecable. Con el paso de los días, sus nervios comenzaron a disiparse y adquirió más confianza en sí misma.

Todo el día estaba interpretando mi rol. Pronto me acostumbré a la contradicción: estaba sucia, pero daba la impresión de ser una mujer hermosa y rica.

Casi nadie la cuestionó

En la segunda fase de su experimento, se trasladó al exclusivo distrito de Dongcheng, donde visitó hoteles y se registró con un nombre y número de habitación falsos para acceder a áreas comunes como baños, saunas y gimnasios.

En una ocasión, tuvo un pequeño inconveniente, ya que en la recepción le informaron que no había nadie registrado con ese nombre. A lo que ella respondió que acababa de hacer check-out y que se iría pronto, y no la cuestionaron más. En ese momento, afirma que ya estaba desensibilizada y no entró en pánico; al contrario, pensó: “Finalmente hay un conflicto”.

Al final, se trató de un proyecto artístico

Cumplió los 21 días sin problemas y pasó el mes siguiente recopilando los videos que grabó durante ese tiempo, así como otros souvenirs, como pan tomado de los buffets y la bolsa Gucci, que documentaran su experiencia para crear una especie de exposición artística con un comentario social, la cual presentó como su proyecto de graduación.

Los medios de comunicación chinos mostraron rápidamente interés en la historia de cómo una joven de 23 años logró integrarse completamente en las esferas más altas de la sociedad con tanta facilidad. Zou ha tenido que enfrentar duras críticas de los medios, que la califican como una wannabe que solo intenta mostrar riqueza falsa.

Según Zou, el propósito de su proyecto no podía estar más alejado de eso, ya que lo emprendió con verdaderas intenciones artísticas.

Las obras de arte siempre están sujetas a malas interpretaciones a medida que adquieren mayor alcance. La gente escuchará lo que quiera escuchar, y aquellos que estén interpretando mi trabajo lo explicarán de una manera que la audiencia desea oír.

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