A pesar de contar con sistemas de justicia que deberían brindarnos protección, la dura realidad es que, en muchas ocasiones, los crímenes más atroces quedan sin castigo, y las víctimas de estos viven en constante temor.
La saxofonista mexicana María Elena Ríos experimentó una pesadilla en 2019 cuando fue atacada con ácido, resultando con lesiones permanentes en su rostro. Tres años después, sus agresores siguen en libertad, y ahora la seguridad de María Elena corre de nuevo peligro, ya que reveló que las autoridades han retirado la protección que le ofrecían.
Continúa siendo amenazada
Recientemente, se informó a María Elena que ya no se le proporcionarían las medidas cautelares de protección que había recibido durante los últimos años, las cuales incluían una escolta para sus traslados a la Ciudad de México. La saxofonista compartió esta noticia en su cuenta de Twitter.
No solo sus agresores continúan libres, sino que también han encontrado formas de acosarla, y a tres años del ataque original, sigue recibiendo amenazas.
La gente exige su protección
https://twitter.com/_ElenaRios/status/1511804713917988865
Voces han comenzado a exigir a la Comisión Nacional de Derechos Humanos que preste atención a su caso y, de manera urgente, que se le restituya la protección prometida, ya que María Elena teme no solo por su seguridad, sino también por la de su familia.
La banda mexicana de rock y ska, La Maldita Vecindad, ha solicitado a las autoridades que no descuiden la seguridad de María Elena, advirtiendo que es muy injusto que una mujer que ha evidenciado la violencia feminicida en México se encuentre prácticamente desprotegida.
Saludos de Paz y Baile.
Hacemos un llamado al señor Alejandro Encinas, ya que la compañera Elena Ríos corre riesgo en cualquier parte del país a donde se dirija, ya que su agresor, a través de otras personas, la vigila a ella y a su familia. @_ElenaRios pic.twitter.com/f3gW1bWv4A
— Maldita Vecindad (@MalditaVecindad) 11 de abril de 2022
Uno de los aspectos más graves de esta situación es que María Elena sostiene que esta decisión fue tomada de manera completamente arbitraria y en contra de los acuerdos establecidos con las autoridades.
Los argumentos proporcionados indican que su vida ya no corre peligro, pero si la artista sigue recibiendo amenazas, es evidente que no podrá sentirse segura.