En los últimos meses, la reina Isabel II ha experimentado problemas de salud, especialmente tras haber contraído covid-19. Este año, celebró su 96 cumpleaños y cumplió siete décadas en el trono británico, pero ha sido un período que ha carecido de festejos, siendo ausente en eventos tradicionales como el Día de la Commonwealth. Además, se ha escuchado que presenta más dificultades de movilidad, ya que se le ha visto utilizando un bastón y ahora se desplaza por el palacio de Windsor en un carrito de golf.
Toda esta situación ha generado rumores y especulaciones sobre el bienestar de la monarca. Sin embargo, las celebraciones en el palacio continúan. La reina no asistirá a sus fiestas tradicionales en el jardín del Palacio de Buckingham, aunque es posible que esté presente en la Ceremonia de apertura del Parlamento el próximo martes. Este evento se celebra anualmente y, como indica su nombre, da inicio a la sesión del Parlamento británico. Su presencia aún no ha sido confirmada, pero de asistir, se han establecido nuevas medidas para asegurar su salud.
Ya no usará corona
Por ejemplo, la reina llegará a la Cámara de los Lores en un automóvil en lugar de su tradicional carroza, y se están haciendo arreglos para minimizar sus desplazamientos a pie. Además, lo que probablemente se notará más durante su discurso es que no llevará su majestuosa capa ni la corona simbólica de su título.
La razón es bastante simple: la corona es demasiado pesada. Recordemos que Isabel II tiene 96 años y su salud no es óptima, por lo que colocar un objeto de dos kilos sobre su cabeza no sería aconsejable. La capa también es pesada, por lo que se omitirá. En su lugar, una sombrero o tocado tradicional reemplazará a la corona durante el discurso de la monarca.
Se respetará la privacidad de la reina
Otra medida adoptada es que su llegada y salida de la Cámara de los Lores será grabada con discreción y sensibilidad, ya que se busca respetar la privacidad y dignidad de la reina, permitiéndole detenerse para descansar si lo necesita.
El príncipe Carlos, su hijo y heredero al trono, la acompañará durante el recorrido. Algunas fuentes indican que, si la reina no se siente lo suficientemente bien para leer su discurso, podría ser el príncipe quien lo realice.