Ser parte de la realeza debe ser extremadamente complicado, ya que existen diversos protocolos y obligaciones que cumplir. Y ni hablar del continuo escrutinio público, lo que hace que la privacidad sea, honestamente, ¡algo fundamental!
Estas circunstancias podrían explicar por qué la princesa Marta Luisa de Noruega decidió renunciar a sus funciones reales para concentrarse en la medicina alternativa, un proyecto que comparte con su prometido, Durek Verret, quien se autodenomina chamán.
Mientras Verret se ha dedicado a promover prácticas médicas sin fundamento científico, a Marta le resulta complicado mantener el estilo de vida habitual de la monarquía. Por esto, tomó la decisión de renunciar a sus obligaciones, buscando así separar sus actividades personales de la casa real de Noruega.
A pesar de su decisión, esto no implica que la princesa renuncie a su título como cuarta en la línea de sucesión al trono del país escandinavo, ya que solamente está dejando de lado sus responsabilidades reales.
En su propia declaración, Marta Luisa ha señalado que es plenamente consciente de la importancia del conocimiento fundamentado en la investigación, pero sostiene que la medicina alternativa puede ser un complemento valioso para el sistema médico tradicional.
Anteriormente, la princesa ya había generado polémica al promover tratamientos alternativos, incluyendo la creación de una escuela para ayudar a las personas a comunicarse con sus ángeles. Fue justo después de anunciar su compromiso que Marta se convirtió en blanco de críticas, dado que muchos consideran a Verret como un charlatán, estafador y teórico de conspiraciones.
Es importante señalar que estas críticas surgieron debido a que él se presenta como un chamán de sexta generación, que afirma que el cáncer es una elección. Además, sostiene haber retornado de la muerte y “predicho” los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en EE. UU., dos años antes de que estos sucedieran.
Por otro lado, parece que la familia de la princesa de Noruega lo ha recibido con los brazos abiertos, ya que el rey lo describió como un tipo divertido y genial.
